sábado, 13 de diciembre de 2014

El juego de la vida 5



Volvamos a observar a la persona del espejo.




Cuando te miras en un espejo, ¿Conoces a la persona que se ve allí?

Si la conoces, deja de leer esta cosas que escribo, puesto que no te hacen falta, si conoces a la persona del espejo tu vida está rodeada de una total y absoluta felicidad. No sientes tristeza, miedo o cólera, todo en ti es armonía, paz y silencio interior; la lucha, envidia, codicia y rector, te son totalmente desconocidos

Si por el contrario estás corriendo de un sanador a otro, de un guía espiritual a otro, de una "salvación" a otra.

Si buscas espiritualidad empaquetada, abrazos de luz, largas charlas de cosas que no comprendes y que además no existen.

Si vas donde te aseguren un revolucionario y novedoso método para escapar de tu sufrimiento y obtener felicidad, mágicos remedios para tus "males" e inútiles abrazos de buen rollo (buena onda, en América).

Se dejas que te miren a los ojos para decirte que en otra reencarnación fuiste un gran y reconocido pecador y en esta nueva vida lo tendrás que arreglar si pretendes comprar la forma de hacerlo por una módica cantidad de dinero.

Si tu vida es un lugar oscuro y triste.....

NO CONOCES A LA PERSONA QUE APARECE EN EL ESPEJO.

Para empezar a conocer a la persona que aparece en el espejo, comienza por dejar de RECONOCERLA.

Iremos viendo en próximas entregas, que no es lo mismo conocer que reconocer, que la felicidad nadie te la puede vender y que nada tienes que hacer para conseguirla, solo conocerte.

De como conocerte, también hablaré, ahora te dejo para que reflexiones.





jueves, 11 de diciembre de 2014

El juego de la vida 4


Decía en la última entrega (El juego de la vida 3), que la cuestión de la luz, tiene poca importancia para comprender lo que se ve.

Meditando sobre el asunto me he dado cuenta de que tal vez si tiene importancia y mucha.

Permitirme este pequeño experimento.

Veamos lo que ocurre cuando empleamos cada vez un poco más de luz para ver una determinada cosa.

Con muy poca luz se ve esto



con un poco más


y más....


y más....


y bastante más....




y más....



Y con toda esta luz se ve esto.




He llegado a la conclusión de que si tengo poca luz, no comprendo lo que veo y si tengo demasiada tampoco.

Por otra parte una gran superficie requiere mucha luz y una pequeña poca, ¿no es así? la gran lección que saco de esta observación es que:

"Si tengo poca luz tendré que reducir mi campo de visión para que sea de alguna utilidad, siendo inútil el ampliarlo, puesto que nada veré. Sin embargo, si tengo mucha luz, ampliaré mi campo de visión para adecuarlo a la cantidad de luz disponible, con lo cual si reduzco mi campo de visión, me deslumbraré y estaré desperdiciando luz"

Estamos saliendo del campo físico y nos estamos adentrando en el sicológico ¿verdad? puesto que el párrafo anterior parece que nos quiere decir:

"No se puede emplear una escasa sabiduría para adentrarse en lo inconmensurable, ni se puede desperdiciar una gran sabiduría en cuestiones banales".

Esta frase es sencilla de comprender y sin embargo la mayoría de las personas se olvida de esta simple realidad todos los días de su vida.

Para comprender las cosas que vemos, no solo la luz, la "iluminación" que dispongamos es necesaria, hay más cosas que entran en juego.

Nos ocuparemos más adelante de esas cuestiones, por esta entrega ya es suficiente.






domingo, 7 de diciembre de 2014

Elevación 2





Solo haciendo profundos cambios te podrás elevar.

Realmente no es cuestión de hacer cambios, no se trata de cambiar una forma de pensar por otra, de una forma de sentir por otra, de unas costumbres por otras. Se trata de algo mucho más profundo y radical, es cuestión de renunciar.

En la primera infancia,  no hay nada para cambiar, puesto que se parte de cero, el ser humano está receptivo atento a todo lo que le rodea, observando y aprendiendo, no hay nada con lo que pueda comparar aquello que observa, está limpio, sin contaminar, todo en él es creatividad.

Ese estado de creatividad no está relacionado con esa época, no es un tiempo ya pasado, es una disposición, una aptitud.

¿Hace cuanto tiempo que no eres creativo?
¿Hace cuanto tiempo que repites una y otra vez las mismas cosas, los mismos pensamientos, las mismas creencias, los mismos sentimientos?
¿Hace cuanto que no vives de verdad?

Vives con palabras de otros, con pensamientos de otros, te dicen lo que tienes que saber, lo que tienes que sentir, lo que tienes que pensar, lo que tienes que creer. Te dicen cual es tu nacionalidad, tu equipo de fútbol, tu religión, tu opción política y lo que es más grave, te dicen lo que eres.

Nada en ti es original, nada es creativo, puesto que para obtener seguridad renuncias a vivir, pensar y sentir por ti mismo y otros explotan ese miedo en su propio provecho.

Si no te desprendes de todo esto, jamás estarás libre para crear, para crecer, para vivir. Parte de cero y se dueño de tu vida.

¿Estás dispuesto a darte cuenta que todo lo que crees saber de ti mismo no existe?

¿Estás dispuesto a darte cuenta que incluso eso que llamas "tu mismo" no existe?

Solo es una creación de los demás.

¿Estás dispuesto a quemarte a ti mismo?

La plenitud interior se alcanza tan solo, con un acto superior de renuncia.





domingo, 30 de noviembre de 2014

El juego de la vida 03




Veamos muy poco a poco lo que estamos viendo en el espejo.

Podemos convenir que lo que estamos viendo es una cuestión puramente física, concretamente en una reflexión especular.

La luz que incide sobre nosotros es reflejada por nuestro cuerpo. Parte de esa luz llega a la superficie del espejo, rebota y vuelve a nuestros ojos. El cerebro interpreta esa imagen que le llega. Si no hay luz, no nos reflejamos, con lo cual de noche no nos veríamos en el espejo.

La reflexión especular se reduce a unas idas y venidas de los rayos de luz, explica por qué nos vemos reflejados en el espejo y que se necesita luz para poder verse, pero en poco contribuye a comprender lo que veo.

El plano físico no es de suficiente ayuda para comprender lo que vemos, tendremos que adentrarnos en el plano sicológico.

R



sábado, 29 de noviembre de 2014

El juego de la vida 02




¿Quién es el tipo que del espejo?

¿Por qué me mira cuando le miro?

¿Le miro por que él me mira?

¿Soy yo el tipo que está en el espejo?

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¿Pero qué tipo de preguntas son esas, a qué viene el preguntarse esas cosas?

Si te estás haciendo este tipo de preguntas, te has perdido, pero no poco, sino mucho.

¿Cómo crees que puedes comprender el mundo, sus gentes, las diferentes formas en las que se relacionan, si no comprendes lo que ves en el espejo?

¿Cómo pretendes comprender los pensamientos, sentimientos y sensaciones, si no comprendes lo que ves en el espejo?

¿Cómo pretendes comprender lo intangible, el alma, el espíritu y el mismo concepto de Dios, si no comprendes lo que ves en el espejo?

El comprender lo que ves en el espejo, es lo más importante de todo el proceso de la vida, sin esa comprensión nada podrás hacer y lo que creas hacer no será real.

Pero vayamos despacio, por esta entrega ya es suficiente, en las próximas entregas iremos comprendiendo lo que vemos en el espejo.

R

viernes, 28 de noviembre de 2014

El juego de la vida 01






¿Quién es el tipo que del espejo?

¿Por qué me mira cuando le miro?

¿Le miro por que él me mira?

¿Soy yo el tipo que está en el espejo?

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Vayan reflexionando, pronto desarrollaré la reflexión.

R




jueves, 27 de noviembre de 2014

El juego de la vida 00


Esta reflexión va a ser distinta que las demás.

Irá cogiendo forma muy poco a poco, por lo que irá continuamente cambiando, creciendo.


Os presento a la OXITOCINA




Puede que lo preteráis ver así






Observando un poco a esta importante hormona, podremos comprender el sutil juego de mutua influencia que tienen el cuerpo y la mente.

De como los pensamientos crean sentimientos y como estos sentimientos a su vez crean otros pensamientos.

Cuando lleguemos a comprender este sutil juego entre cuerpo y mente, podremos avanzar y observar que hay más allá del juego.

¿Os animáis a seguirme?

Comenzamos.

R





miércoles, 26 de noviembre de 2014

Renovación 2014





Veremos como terminan de caer las hojas.

Limpiaremos el jardín y nos renovaremos con él.

R

martes, 25 de noviembre de 2014

La verdad y la mentira





¿Acaso es la verdad lo contrario que la mentira?

La verdad es el concepto.

La mentira la acción.


Parece ser que se ha producido cierta confusión con esta reflexión y me han escrito varios amigos, pidiéndome que aclare un poco el asunto. En atención a esas personas, comento la reflexión: “La verdad y la mentira”

Las pocas palabras activan la mente, las muchas la adormecen. Las pocas palabras enseñan, las muchas adoctrinan. Al no ser mi intención el adoctrinar a nadie, siempre procuro emplear las menos palabras posibles, pero en este caso me veo obligado a usar más.

Entramos en materia.

Según el diccionario de la lengua española: “La verdad es la conformidad entre lo que una persona manifiesta y lo que ha experimentado, piensa o siente”. ¿Se puede entender esto?

Por favor vayan despacio, observen cuidadosamente.

Según esto la verdad nada tiene que ver con lo real o con lo que es, la verdad es la conformidad con nuestra particular adaptación de lo experimentado, pensado o sentido. Todo aquello que se acomoda (está conforme) con esa interpretación lo llamamos verdad.

De “esa” verdad es de la que me ocupo en esta reflexión.

Cuando la llamada verdad describe la realidad, los hechos, lo que es, no hay más que hablar sobre ella, pero como dice el diccionario, la verdad, aquello que llamamos verdad, no es eso, sino nuestra PARTICULAR INTERPRETACIÓN de esa realidad. Es de esa realidad de la que me estoy ocupando en esta reflexión. ¿Se entiende hasta aquí?

Por favor vayan despacio. Tómense su tiempo.

Dice el diccionario que: “La mentira es toda afirmación que una persona hace consciente de que no es verdad”. ¿Se entiende?

Cuando verbalizamos lo contrario de la PARTICULAR INTERPRETACIÓN de aquello que hemos experimentado, pensado o sentido “SURGE” la mentira. Esta llamada mentira no tiene nada que ver con los hechos, lo real o lo que es, ya que solo es una REacción al decir lo contrario de lo que hemos experimentado, pensado o sentido.

Cuando alguien dice que la nieve que estamos pisando es roja y nosotros después de observarla vemos que es blanca, podemos decir que lo dicho por esa persona es mentira. No es de esa mentira de la que me estoy ocupando en esta reflexión, sino en la que se crea, por ejemplo, en la mente de un aficionado al Real Madrid, cuando alguien le dice que el Real Madrid no sabe jugar al fútbol, esa persona ¡¡¡ SABE !!! que el Real Madrid es el mejor equipo del mundo, “sabe” que lo dicho por la otra persona es mentira.

La mentira es la reacción de esa verdad (que no es un hecho), es la acción de “esa” verdad”. ¿Se entiende hasta aquí? Por favor vayan despacio.

Siendo nuestra percepción limitada, esa conformidad es limitada, está distorsionada y como resultado también lo está, el mismo concepto formado de esa experiencia, pensamiento o sentimiento.

En otras palabras, acomodamos la realidad a nuestra limitación, la reducimos a un erróneo concepto que llamamos verdad, opinión, creencia o como guste decirlo y el movimiento surgido para defender esa verdad, es la mentira.

Lo repetiré de otra forma, al no ser nuestra verdad completa, pronto se encuentra con contradicciones y surge un movimiento para ponerla a salvo, porque nuestras convicciones, nuestras “verdades” nos aportan seguridad. Es así como se crea el opuesto con todo lo que no encaja con esa llamada verdad y a ese movimiento de defensa, a esa reacción la llamamos mentira. Este movimiento que surge desde la llamada verdad, no es su contrario, sino su opuesto, lo contrario se complementa, lo opuesto se enfrenta.

En la mentira, en ese tipo de mentira del que me estoy ocupando, al ser una reacción un opuesto, siempre hay actitud de enfrentamiento, enfrentamiento para preservar “su” verdad de todo aquello que ponga en peligro tu seguridad, porque todo aquel que rinde culto a una idea, pronto cae en la violencia, ya que cuando más valiosa cree que es su verdad, con más fuerza trata de imponerla y esta acción abarca un gran abanico de reacciones, desde la más fina ironía, hasta la violencia y la total barbarie.

Por favor, hagan sus propias conclusiones y si no han comprendido nada de mis palabras, no se preocupen, porque al fin y al cabo…… solo son palabras.

Espero haber sido de utilidad.


R

sábado, 22 de noviembre de 2014

No es un culo





Un libro es un conjunto de hojas escritas y encuadernadas con mayor o menor fortuna.

Lo escrito en esas hojas puede ser de la más fina sabiduría o la mayor de las majaderías, puede que no esté a nuestro nivel o que nosotros no lo estemos al suyo, pero en cualquier caso, son tan solo palabras y hay que ser muy prudentes con las palabras.

He podido observar que existen personas que leen algunos libros y van repitiendo, sin juicio ni seso, lo que han leído, así empezó Alonso Quijano y terminó dando lanzadas a los molinos. También he visto a personas que se han quedado encerradas dentro de su gran conocimiento, este conocimiento se ha convertido en una cadena, que les impide observar más allá de los límites de la misma.

Cuando leemos algo, buscamos que lo leído se acomode a nuestra particular forma de interpretar las cosas, a nuestros intereses y deseos, si no se acomoda lo rechazamos o bien lo maquillamos para que se ajuste perfectamente.

Para nosotros lo importante de aquello que leemos está en que pueda reforzar nuestra particular visión de las cosas, si lo escrito es verdad o no, poco importa.

¿De qué me sirve el estar de acuerdo con lo que se lee, si lo que se lee es mentira, o está condicionado a intereses particulares?

¿Por qué tendría que dar por buenas las palabras de otros, o las mías propias? Cuando escribimos nuestras ideas, las dejamos prisioneras en el ámbar del tiempo, las dejamos encerradas dentro del perímetro de un papel, pueden haber sido ciertas en ese momento, pero al estar todo en movimiento toda realidad cambia y es necesario releerlas y analizarlas de nuevo. En cuanto a los hechos ¿no son acaso ideas materializadas?

No doy por buenas a las palabras, por el solo hecho de verlas escritas, las analizo en profundidad y con espíritu crítico, hasta que puedo comprender por mi mismo lo que realmente quieren decir y si hay verdad o no en ellas.

Pero nunca olvido que por profundo que sea mi análisis, que por imparcial que sea mi observación, por libre de toda atadura se encuentre mi crítica, siempre estarán comprometidos por mis propias limitaciones, por mis condicionamientos y sobre todo por mis propios conocimientos. Es que hay que ser muy prudentes con las palabras.

Por mucho que lo veamos escrito, la fotografía no corresponde a un culo, sino a una fuente.

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viernes, 21 de noviembre de 2014

Niños feos





Es muy fácil para un jardinero incompetente, culpar a la planta por ser fea, después de no haberla regado ni podado.

Si no se la cuida también es inútil cambiarla de tiesto.

El fallo no es ni del tiesto ni de la planta, el fallo es del jardinero.

No me gustan las tonterías con los niños, la infancia es una cosa que tomo muy en serio. Todo daño hecho a un niño lo acompañará toda su vida, no hay nada más desvalido que un niño y nada que requiera más amor y atención por nuestra parte.

Cuando no se riega a los hijos, es muy fácil para unos padres incompetentes, culparlos a ellos por demandar atención y ser movidos, el culparles por olvidarse de ellos en colegios e inútiles actividades extra escolares, por no haberlos abrazado y besado continuamente, por no haberles llevado los fines de semana al monte para buscar palos y piedras y enseñarles como son las plantas y los insectos, por no haberles enseñado a hacer casetas, por no sacarles por las tardes a jugar con ellos al balón en la calle o andar en bicicleta.

Hay dos cosas que definen la vida, una es el amor y la otra el movimiento, de las dos cosas he hablado largamente en este blog, los niños necesitan de las dos y en grandes cantidades, besos y juegos son el cimiento donde se sustenta la vida, no es tan difícil de comprender ¿verdad?

También se cambia a los niños de tiesto al decir que son los ellos, los que tienen problemas y se les llevan a las consultas de ciertos siquiatras majaderos, para que se inventen enfermedades mentales inexistentes, con el único fin de llenarse los bolsillos de dinero.

Los niños no tienen ni nunca han tenido algo como "Trastorno por déficit de atención con hiperactividad" lo que tiene es unos padres incompetentes que los dejan en manos de ciertos siquiatras todavía más incompetentes.

Si no te vas a ocupar de tus hijos, no los tengas, pero si ya los tienes, ámalos tiernamente, porque te aseguro que no tienes otra cosa mejor que hacer en este desdichado mundo.

Tengo un gran respeto por los siquiatras en general y  por su labor, no por ello dejo de observar que de todo hay en la viña del Señor.

Ahí os dejo un enlace a un artículo en el que se explica el gran negocio que han montado las farmacéuticas y los siquiatras, mercadeando con la mente de los niños.

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miércoles, 19 de noviembre de 2014

Ciudad





Y preguntó la niña:

¿Qué es una ciudad?

Una ciudad, hija mia, es algo parecida a esta planta.

Mírala por tu misma.





lunes, 17 de noviembre de 2014

Sobre el liso cristal




La vida se abre siempre paso, brota allá donde menos lo podemos imaginar, una distante semilla, viento, agua, una teja de cristal y ya está.

¿Conducimos nuestra vida a favor del viento y del agua?

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viernes, 7 de noviembre de 2014

Brillos y sombras




¡Hay que ver como somos!, algo de brillo por delante y mucha sombra por detrás.

Nuestros brillos se pierden por delante y nuestras sombras son incapaces de llenar el vacío que hay por detrás.

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domingo, 2 de noviembre de 2014

Más allá de tu vista




Todo lo que puedas decir de lo que está más allá de tu campo de visión, más allá de tu comprensión, son tan solo propuestas especulativas, por lo tanto, completamente falsas.

Como ni tu ni nadie pueden verlo, puedes decir lo que quieras de Dios, el karma, la reencarnación, el Nirvana, la Santísima Trinidad o de lo que te de la gana. Puedes decir lo que quieras, pero con ello, no los haces real.

Empiezas por crear un Dios que se acomode a tus deseos, que cubra tus necesidades y que atienda a tus intereses.

Continuas diciendo como piensa ese Dios, como se relaciona con nosotros y lo que pretende que hagamos.

Después te enamoras de ese Dios, dices que le amas, cuando tal solo estás reforzando tu propio convencimiento, tu propia conveniencia, tu solución a tu miedo, estás divinizando todas esas cosas. 

Y finalmente para que nadie ponga en peligro todo el entramado que te has inventado, terminas imponiéndolo a los demás.

Este tipo de cosas, si no transcienden el campo de las propuestas especulativas, si tal solo son un mero entretenimiento intelectual, a pesar de ser falsas, son inofensivas.

Lo malo es cuando se convierten en una verdad revelada, en ese momento se convierten en un arma, un arma destructiva.


viernes, 31 de octubre de 2014

Escalera inútil



Esta escalera fue de utilidad ayer, sin embargo hoy es inútil, pues conduce a una puerta tapiada, a una puerta inexistente.

Los pensamientos del pasado fueron de utilidad ayer, hoy son inútiles, pues conducen a una puerta tapiada, a una realidad inexistente.

Es inútil utilizar hoy lo que está en el ayer.

El utilizar escaleras inútiles y pensamientos inútiles, es andar por un camino que no llega ninguna parte.

Si puedes ver con facilidad la inutilidad de una escalera que conduce a una puerta tapiada, ¿por qué no puedes ver la inutilidad de utilizar unos pensamientos que son del ayer?

R

domingo, 26 de octubre de 2014

La máscara




¿Hasta cuando vas a estar dando siempre una versión mejorada de ti mismo?

¿Crees acaso que la paz, la armonía y la concordia de este mundo se pueden fundamentar en esas hipócritas representaciones de nosotros mismos?

¿Se resume toda nuestra convivencia, en esa colosal mascarada planetaria?

El sufrimiento de este mundo no terminará mientras estemos continuamente representando personajes, mientras sigamos ocultándonos detrás de máscaras, detrás de mentiras.

Por delicados y cuidados que sean tus gestos, por correctas y medidas que sean tus palabras, siempre se podrá ver en el fondo de tus ojos el fuego que te consume.


Las cuentas no salen, ¿o si?






¿Cómo es posible que con tanto maestro iluminado, sacerdote consagrado, médico doctorado y político proclamado, este mundo sea para tanta gente, un lugar oscuro de desesperación, donde solo pueden ver un inquietante horizonte?

Los maestros dicen limpiar las mentes, 
los sacerdotes las almas, los médicos los cuerpos y los políticos nuestras relaciones con los demás.

Sin embargo cuando miro, veo a muchos maestros que condicionan y mutilan las mentes de sus alumnos, a muchos sacerdotes que atormentan las almas de sus feligreses, a muchos médicos que mantienen enfermos los cuerpos de sus pacientes y a la casi totalidad de los políticos que mantienen explotadas a las personas que los votaron.

Dicen que nuestras mentes están condicionadas para que piensen con pensamientos de otros, que nuestras almas están atormentadas para que busquen el alivio por otros inventado, que nuestros cuerpos están enfermos para que seamos débiles, para así ser dependientes de los fármacos que nos mantienen calculadamente sanos y cuerdos y que las personas están explotadas como consecuencia de todo lo anterior, como consecuencia de tener las mentes, los corazones y los cuerpos cautivos en jaulas por otros construidas.

A estas conclusiones todos podemos llegar a poco que nos miremos a nosotros mismos y a lo que nos rodea, sin embargo, no hacemos nada para impedirlo, nos dejamos llevar, o fluir, como los nuevos sacerdotes de lo espiritual se empeñan en troquelar en nuestras mentes, parece como si nos dejásemos morir mansamente... ¿por qué?

Durante el otoño la naturaleza se inmola a si misma, lo que es más perdurable se duerme durante todo el invierno, dejando a lo que es más efímero a su surte, que no es otra que su lenta pero inevitable muerte. Cuando llegue otra primavera lo que es más inmutable volverá a despertar y una nueva y más fresca vida surgirá.

Las hojas, las flores y los frutos no hacen nada para impedirlo y parece como si se dejasen morir mansamente, sabedores, que su trabajo ya está hecho y que tienen que dejar su sitio a una nueva vida.

¿Tal vez lo que realmente suceda es que nuestro trabajo como civilización, como cultura dominante simplemente se haya acabado y que a diferencia de las plantas, todavía no lo sepamos?

Tal vez, no sepamos que nuestra existencia como cultura era efímera y que ya es hora de desaparecer, de que fuerzas mucho más perdurables que la nuestra comiencen a aletargarse, dejándonos abandonados a nuestra propia suerte, que no es otra que nuestra lenta pero inevitable muerte, desaparecer para surja una nueva civilización, una nueva civilización que nunca veremos.

Cuando en una civilización, el objetivo es la propia satisfacción, se olvida a los menos favorecidos, cuando la codicia y la ambición desmedida, sustituyen a la solidaridad y al amor filial, cuando se pierde el respeto a los mayores o al ser humano, cuando la familia deja de serlo, cuando tales cosas pasan, esa civilización se degrada y desaparece. 

Cuando pasan tales cosas, no es el signo de que se han perdido determinados valores morales, sino que son un fuerte y sonoro aviso de que el fin, ese fin inevitable se encuentra ya a nuestras puertas y que ya nada podemos hacer.

Cuando una fruta cae del árbol, tan solo puede podrirse, pero .... tal vez no seamos fruta, sino fuerte tronco de árbol que le han hecho creer que no lo es.

Puede que no seamos efímeras manifestaciones de la vida y que nuestro recorrido sea mucho más largo del que se nos muestra.

Estamos ante una encrucijada en la que tenemos que decidir entre no hacer nada y desaparecer o dejar de fluir, ya no dejarnos llevar y tomar las riendas de nuestras vidas, cambiar y ver lo que pasa. Puede que a pesar de cambiar desaparezcamos de todas formas, pero.... puede que no, merece la pena el intentarlo.



Roberto Lejarza




sábado, 25 de octubre de 2014

Enfermedad





    Cuando uno está enfermo, si no de dedica a la inútil práctica de la autocompasión, suele tener una inmejorable ocasión para meditar.

    ¿Por qué mi cuerpo reacciona así, qué me quiere decir con esa concreta enfermedad?

jueves, 23 de octubre de 2014

La magnitud de las cosas







Pequeña e insignificantes nos parecen las nubes cuando las vemos en la lejanía. Sin embargo, cuando tenemos la oportunidad de verlas en su verdadera magnitud, nos sentimos sobrecogidos.

Sucede lo mismo con las cosas, los hecho y las personas. Cuando las vemos desde la lejania de nuestros perjuicios, también nos parecen sencillas e insignificantes, pero al tener la oportunidad de observarlas en su verdadera magnitud, terminan por sobrecogernos.

Poco importa que se trate de una piedra, el llanto de un niño o un desconocido que se cruce en tu camino, si abandonas tus creencias, opiniones o costumbres, podrás observarlas en su verdadera magnitud, podrás sobrecogerte con su grandeza.

Tuya es la decisión.

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jueves, 2 de octubre de 2014

Para poder beber




Para poder beber, tienes que vaciar el vaso y para poder aprender, tienes que vaciarte de lo que sabes y después .... olvidar lo aprendiendo.

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El cauce




El cauce cambia, el fluir permanece.


El cauce de un río se va acomodando a los cambios de este. Si discurre poca agua, el cauce es pequeño y las plantas germinan allá donde están, por el contrario si el agua es mucha, el cauce es grande y las plantas son arrastradas  y sus nuevas semillas germinan a todo el cauce.

Sucede lo mismo con nuestra mente, que si no cambia, permanece siempre en el mismo sitio, no avanza y todo el conocimiento que se acumula, acaba atrofiándola, puesto que al alimentarse de si misma, es incapaz de germinar más allá.

Vuestro deseo de seguridad os acomoda a un determinado patrón de pensamiento, del cual no queréis prescindir.

Al igual que las plantas que se han acomodado a un cauce pequeño, se preguntan porqué una impetuosa masa de agua las arrastra súbitamente, vosotros os preguntáis porqué sufrís en la vida, porqué ese impetuoso torrente de sufrimiento lo ha llenado todo.

La respuesta es simple, ¿verdad?

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