viernes, 4 de septiembre de 2015

Alambradas y escudos





Millones de sirios huyen de la muerte y buscan protección entre nosotros ¿y qué están encontrando?.... alambradas y los escudos de los antidisturbios, encuentran nuestro rechazo y nuestra codicia.

Podamos acoger una familia de refugiados y abrirles la puerta de nuestra casa, darles de nuestra comida y ocuparnos de ellos hasta que puedan volver a sus casas.

¿No vamos hacer nada de eso, verdad?

Y como no vamos hacer nada de eso y no existe ningún Dios que se ocupe de estas cosas, nuestra propia crueldad, mezquindad y codicia nos explotará en la cara y los que hoy vienen con manos desnudas pidiendo pan, traerán mañana armas en ellas para quedarse con él.

Si alguien llama a mi puerta pidiendo pan, se lo doy o no se lo doy, pero no me invento un Dios y luego me pongo a rezarle para que le de pan al que ha llegado a mi puerta. Tampoco digo que tiene que ser el Gobierno, la Iglesia o los demás quien tienen que darle el pan. Si le doy pan habré creado una realidad, si no se lo doy habré creado otra y tendré que vivir las consecuencias de una u otra realidad.





¿Qué vamos a hacer con esta gente, no el gobierno, qué vamos a haber tu y yo?