domingo, 10 de julio de 2016

La sombra




Hay personas que van desarrollando personaje tras personaje, en un constante intento de ocultarse de los demás, de mostrar lo que es adecuado, aceptado y conveniente.

De ellos tan solo podemos ver la representación que nos ofrecen, esa medida y calculada mentira que de ellos mismos que nos ofrecen.

Sucede que de tanto desarrollar personajes, la persona desaparece y en el mejor de los casos tan solo queda una tenue sombra y vago recuerdo de lo que en principio fue un ser humano.

Los pocos que nos mostramos como realmente somos, sin artificios ni ornamentos decorativos, no somos aceptados y decimos y hacemos, lo que se considera inadecuado e inconveniente.

Estoy seguro que para los representadores de personajes resultemos terriblemente incómodos, bestias de las cuales hay que protegerse, pero a diferencia de ellos, nos reconocemos cuando nos miramos en un espejo y somos luz allí donde estamos y es de todos conocido que la luz no proyecta sombras.