Si observamos descuidadamente estas hojas, podríamos pensar que son iguales, podíamos afirmar que son todas ellas hojas y es cierto, todas son hojas.
Pero si observamos en profundidad, pronto veremos que a pesar de ser todas hojas, hay mucha diferencia entre ellas.
La forma de unas es sencilla, están cubiertas de tierra y sus colores son poco llamativos, las otras son hermosísimas estrellas de ocho puntas, no se han manchado con la tierra y sus colores son mas llamativos.
Las primeras, las sencillas, trabajan para producir rosas, las otras, las estrelladas, trabajan para producir ricinos.
Las rosas son hermosas, también lo son los ricinos, pero estos, además de bellos, son venenoso.
Todas la hojas no son iguales, tampoco lo son los llamados maestros, ya que unos te enseñan a vivir con sus ideas y otros viven a costa de las tuyas, todos ellos producen ricinos.
Hay otro tipo de maestros que simplemente muestran la forma de mezclarte con tierra, una tierra de vida, muestran como usar esa tierra, para producir rosas.
Por bellas que te resulten las hojas estrelladas, no te confundas, aléjate de ellas, salvo, claro está, que tu deseo sea producir ricinos.
Los ricinos son eso, ricinos, decir que son buenos o malos, es una valoración y aquí estamos observando, no valorando; estamos observando que los ricinos no son rosas, eso es un hecho.
Un abrazo.
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