¿Y
tú que me prometes?
Tanto
por la bandera que hay delante, como por el edificio que hay detrás, por estas y por otras banderas de diferentes colores y por este y por otros edificios de distintas formas, hay gente dispuesta a matar y a morir. Están dispuestos a matar y
morir, ¿por ideas?..... por ideas no, por codicia.
¿Quién
les ha metido en su cabeza que esa bandera o cualquier otra y ese edificio o cualquier otro, son algo distinto a un trapo y a unas piedras?
¿Qué
o quién ha convertido a estos inofensivos objetos en instrumentos de
muerte?
¿Quién
les ha convertido a ustedes en instrumentos de muerte? ¿cuantos
millones de personas han muerto ya por banderas e iglesias? y sin embargo siguen poniendo banderas y levantando iglesias.
¿Quién
les dice a ustedes lo que tienen que pensar y lo que tienen que
creer? ¿Quién y por qué?
No
están dispuestos, ni nunca lo han estado, a reconocer que son
ustedes mismos. Es su codicia, egoísmo y miedo la que da forma a
tales ideas y crean los mecanismos necesarios para hacerlas
posibles. Ustedes crean la política y la religión, ustedes la
alimentan y la utilizan para su propio provecho.
Cuando
votan, ¿qué les interesa?, solo y exclusivamente, su interés. Se acercan a las religiones solo por ustedes, para salvarse ustedes, para que les consuelen a ustedes. Se separan de los que pasan hambre en África o en cualquier otro
lugar, porque dicen que son distintos, que no son de su pueblo,
cuando la única realidad es que no quieren repartir; crean fronteras
imaginarias, países, grupos y facciones todo ellos para intentar
tener más que los demás y que lo que haya, sea solo para ustedes.
Disfrazan de dignidad y honorabilidad lo que solo es ansia de poder, dinero, dominación y miedo, sobre todo miedo.
Voten y recen cuanto deseen en su feria de codicia, pero llamen a las cosas por su
nombre, pues ya estamos muy creciditos.
Roberto Lejarza