Eso
que llamamos principio y fin, vida y muerte, solo pertenece a nuestra
propia limitación, a nuestra incapacidad de entender que todo es
parte de un ciclo más grande. Es parte en definitiva de nuestra
falta de conciencia, de estar dormidos.
Sucede
que todo lo queremos encajar en nuestro propio y limitado ciclo, todo
tiene para nosotros una utilidad, las cosas, las personas, los
acontecimientos, todo absolutamente todo. No nos interesa lo que
sean, solo nos interesa lo que podemos sacar de ellos.
Por
eso para nosotros todo tiene un principio y un fin, tienen su
principio cuando comienzan a sernos útiles y llega su fin cuando
dejan de serlo. Esa es nuestra gran tragedia, somos esclavos de
nuestras propias limitaciones. Nosotros decidimos aquello que
queremos poseer o utilizar y cuando no lo conseguimos, decidimos
igualmente sufrir.
Nada
comienza o termina, ni en lo grande, ni en lo pequeño, todo está
presente a la vez, todo es una sola cosa, un continuo y eterno
movimiento.
Todo
está ahí, en esa foto, no hacían falta mis palabras, solo tal vez,
para indicarte a donde mirar.
Un abrazo.
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